Los mejores regalos
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? Romanos 8:32
Por dos semanas tuve la gran bendición de tenerle a mi papi conmigo, él viajo más de 20000 km para llegar a esta parte del mundo. La verdad, fue algo que nunca imaginé, pero cuando los pasajes estuvieron comprados y aun más al verle saliendo del aeropuerto todo se hizo realidad. Fueron dos semanas hermosas y llenas de increíbles tiempos. Y creo que es la primera vez que me he emocionado tanto, al punto de no tomar muchas fotos. Las fotos que verán a continuación son las únicas que tome en con mi teléfono. Siempre se me culpa de tomar demasiadas fotos, pero esta vez no llevé mi cámara conmigo. Creo que la razón es bastante sencilla. Toda mi atención estuvo en mostrar a mi papi el lugar donde vivo. Fuimos a varios lugares, comimos distinta comida (mucha de la cual era muy picante para mi papi), hablamos con muchas personas con las que yo trabajo aquí. Y tuvimos buenos momentos para conversar, como en los viejos tiempos.
No tengo palabras para expresar lo feliz que han sido estas semanas. Saber que tengo un padre que está dispuesto a viajar una larga distancia para estar aquí es uno de los mejores regalos que he recibido.
Mi papi vino para ayudar con devocionales para todo el personal de la escuela donde trabajo. Fue un desafío grande, ya que los hizo en inglés, pero nuevamente pude ver la fidelidad de Dios, ya que cada día que se dirigía a los profesores fueron de gran bendición y la barrera del idioma no fue un inconveniente. Incluso los alumnos de la institución pudieron escucharle en una oportunidad.
Fue tan duro verle partir nuevamente, pero doy gracias a Dios por haberme permitido compartir este tiempo juntos. Y pues de seguro habrán muchos más, aquí en la tierra y por la eternidad en el Cielo.
-raquel ester-